Soy mejor que vos,
no por el color de mi piel,
ni por dónde nací.
Soy mejor que vos,
no porque sepa hacer música,
ni por saber escucharla.
Soy mejor que vos,
no por querer entenderme,
ni por querer entenderte.
Soy mejor que vos,
no porque haya leído mucho,
ni por querer aprender.
Soy mejor que vos,
porque tengo los huevos de sentir,
los huevos de expresar lo que siento.
Soy mejor que vos,
porque no me persigue la culpa
de no haber hecho lo necesario.
Soy mejor que vos,
porque el dolor me quita el sueño,
ya sea propio o ajeno.
Y quizás no es que sea mejor,
puede que, simplemente,
vos seas peor que yo.
17.11.10
12.1.10
Muerto en Vida
Cayó en la cama como un plomo tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir. Sin encontrar la herida que acababa de abrirse en su interior. Hacía unos minutos se despertó sintiendo la presencia de alguien en su cuarto, y entre las penumbras contempló la silueta de su verdugo; sentado junto a su cama, blandiendo su cuchillo que, por algunos movimientos, reflejaba la luz de una farola que entraba por la ventana. Preguntó quién era, sin obtener respuesta. Preguntó qué quería, obteniendo el mismo silencio.
Alcanzó a esquivar la primer embestida del cuchillo y se incorporó dispuesto a pelear entre una mezcla de asombro, miedo e instinto. Esquivó una vez más el ataque y logró agarrar el brazo de su agresor, trayendolo hacia si y descubriendo su rostro a la luz. Inmediatamente lo soltó y retrocedió sin dar crédito a lo que sus ojos veían; el rostro de su verdugo, de quien intentaba asesinarle, de quien se ocultaba en la penumbra y el silencio de la noche, era el suyo. Era él mismo quién buscaba dañarse anónimamente.
En ese momento, ya descubierto, el insólito visitante pronunció sus primeras palabras, aclarando quién era realmente; sus miedos más grandes convertidos en carne, todo aquello que no quería ser se le presentaba ante sus ojos empuñando un cuchillo dispuesto a arrancar una parte de su ser, un pedazo de su alma.
En comparación, éste personaje presentaba un rostro triste, daba la sensación de soledad, de melancolía y desidia. Sus ojos eran opacos, como quien no tiene esperanza de ver el sol o, peor aún, como de quién desea no verlo. Sus labios secos como si nunca abriera la boca para sonreír.
Entre el asombro y lo inentendible de la situación sintió el acero entrar a través de su pecho, sin tiempo a esquivar la mano que empujaba hasta el fondo de su ser, pasando por el pulmón, partiendo el corazón al medio y ensartando el alma justo a la mitad.
Volvió al momento en donde caía sobre la cama, sin herida en su pecho pero con la sensación de vacio recorriendo todo su cuerpo por dentro. Entendiendo que había pérdido una batalla contra su propia voluntad y que, a partir de ese momento, pasaba a ser completamente todo lo que no quiso, todo lo que ese "alter ego" representaba. Que, a partir de esa noche, su fuerza, su ilusión y su esperanza habían desaparecido dando lugar al ganador de la batalla: La tristeza.
Comprendió finalmente, que esa era la última batalla de una guerra que comenzó mucho tiempo antes y en la que fué perdiendo terreno cada día. Sintió así como se había convertido, casi sin luchar, en un muerto en vida.
Alcanzó a esquivar la primer embestida del cuchillo y se incorporó dispuesto a pelear entre una mezcla de asombro, miedo e instinto. Esquivó una vez más el ataque y logró agarrar el brazo de su agresor, trayendolo hacia si y descubriendo su rostro a la luz. Inmediatamente lo soltó y retrocedió sin dar crédito a lo que sus ojos veían; el rostro de su verdugo, de quien intentaba asesinarle, de quien se ocultaba en la penumbra y el silencio de la noche, era el suyo. Era él mismo quién buscaba dañarse anónimamente.
En ese momento, ya descubierto, el insólito visitante pronunció sus primeras palabras, aclarando quién era realmente; sus miedos más grandes convertidos en carne, todo aquello que no quería ser se le presentaba ante sus ojos empuñando un cuchillo dispuesto a arrancar una parte de su ser, un pedazo de su alma.
En comparación, éste personaje presentaba un rostro triste, daba la sensación de soledad, de melancolía y desidia. Sus ojos eran opacos, como quien no tiene esperanza de ver el sol o, peor aún, como de quién desea no verlo. Sus labios secos como si nunca abriera la boca para sonreír.
Entre el asombro y lo inentendible de la situación sintió el acero entrar a través de su pecho, sin tiempo a esquivar la mano que empujaba hasta el fondo de su ser, pasando por el pulmón, partiendo el corazón al medio y ensartando el alma justo a la mitad.
Volvió al momento en donde caía sobre la cama, sin herida en su pecho pero con la sensación de vacio recorriendo todo su cuerpo por dentro. Entendiendo que había pérdido una batalla contra su propia voluntad y que, a partir de ese momento, pasaba a ser completamente todo lo que no quiso, todo lo que ese "alter ego" representaba. Que, a partir de esa noche, su fuerza, su ilusión y su esperanza habían desaparecido dando lugar al ganador de la batalla: La tristeza.
Comprendió finalmente, que esa era la última batalla de una guerra que comenzó mucho tiempo antes y en la que fué perdiendo terreno cada día. Sintió así como se había convertido, casi sin luchar, en un muerto en vida.
6.7.09
No está muerto quién pelea
En un mundo donde la conciencia social está en desuso, donde la búsqueda del placer personal hace olvidar la solidaridad y los valores humanos, donde la desigualdad es moneda corriente alimentada por el rascismo, la xenofobia, las religiones y la politica, hace falta una persona con sentido del "socialismo". Una persona que luche por un ideal que proclama un bienestar general para la sociedad y su entorno. En un mundo que ha sido, y es, destrozado por un sistema de interés personal basado en la competencia y la arrogancia, donde hay una Europa que fué víctima de innumerables guerras que aniquilaron su encanto dejando paso a décadas de sufrimiento. Donde hay una América Latina destrozada por dictaduras y pseudo-democracias que pisotearon la esperanza de pueblos enteros, sumiendolos en el miedo y la desesperación. Donde hay un África que fué despojada de sus riquezas y enterrada en el hambre, en pos de la evolución de una pseudo-sociedad. Hace falta un pensamiento humanitario que luche por la regeneración de una especie humana que cada día se hunde más en el materialismo.
Donde las sociedades se enorgullecen de una evolución y un progreso que hace cada día más daño al propio ser humano y su entorno. Dejando como legado engendros que son proyectos de personas, almas consumistas y desinteresadas para con el prójimo, que gozan de la banalidad y la idiotez, regurgitandose en su propia ignorancia. Ignorancia que se les ha dejado como herencia de años de destrucción cultural. Pueblos ignorantes y fáciles de dominar mediante estrategias populistas y promesas politicas, que han dejado perder el ideal de una democracia que ya no existe por la dejadez a la hora de cumplir obligaciones. Donde los politicos han dejado de ser representantes del pueblo, para convertirse en sanguijuelas que luchan por ocupar el puesto desde donde puedan chupar más sangre a una sociedad dormida.
Un mundo en donde las banderas, esas telas de colores que crearon barreras dentro de una misma especie, dividen pensamientos y fomentan el individualismo, dando vida así al llamado "Orgullo Patrio"; un pensamiento hipócrita que se basa en el amor a una tierra y a sus simbolos representantes, y que genera odio y rascismo. Siendo que el amor patrio, como todos los amores, solo incluyen las cosas que conocemos; así lo que uno verdaderamente ama de "la patria" es su ciudad, su barrio y sus amigos, no todo un contexto territorial que no conoce más allá de su nombre y/o ubicación geografica.
En un mundo así, ¿Quién tiene esperanza para dar a luz un hijo/a? ¿Cómo querer que un alma inocente sea corrompida por la maldad existente en su entorno? ¿Dónde hay un lugar para un ser puro con un corazón tierno en este mundo individualista y destructivo? En la escuela le enseñaran a ser sumiso, a acatar las ordenes de quienes se creen superiores, a vivir bajo un sistema de hipotecas, donde hasta respirar se cobra.
En este mundo en donde se tildan de "rebeldías propias de la edad" los reclamos de una juventud que pide ser escuchada, ¿Dónde está el lugar de los jovenes que comprendieron la decadencia de este mundo y proponen un cambio basado en la solidaridad, la paz, el diálogo, la cultura, la voluntad...? ¿Dónde irá a parar la esperanza de esa decendencia incomformista, que busca su lugar en un mundo que no acaba de comprender y ya empieza a odiar?
Es necesario un cambio y lo habrá. Cada día se suma un poco más a esa revolución cultural que proclaman los que quieren ser dueños de sus futuros, los que optan por la solidaridad y el humanitarismo. Los que demuestran en vez de hablar, y combaten los prejuicios que les implantó una sociedad que se dejó vencer tras muchas batallas. La decadencia de este mundo no logra apagar las voces de quienes están dispuestos a retomar el espiritu y los ideales de aquellas personas que murieron por un futuro para todos. Personas que viven en sus propias palabras y que su legado es el tesoro más preciado de la humanidad.
Donde las sociedades se enorgullecen de una evolución y un progreso que hace cada día más daño al propio ser humano y su entorno. Dejando como legado engendros que son proyectos de personas, almas consumistas y desinteresadas para con el prójimo, que gozan de la banalidad y la idiotez, regurgitandose en su propia ignorancia. Ignorancia que se les ha dejado como herencia de años de destrucción cultural. Pueblos ignorantes y fáciles de dominar mediante estrategias populistas y promesas politicas, que han dejado perder el ideal de una democracia que ya no existe por la dejadez a la hora de cumplir obligaciones. Donde los politicos han dejado de ser representantes del pueblo, para convertirse en sanguijuelas que luchan por ocupar el puesto desde donde puedan chupar más sangre a una sociedad dormida.
Un mundo en donde las banderas, esas telas de colores que crearon barreras dentro de una misma especie, dividen pensamientos y fomentan el individualismo, dando vida así al llamado "Orgullo Patrio"; un pensamiento hipócrita que se basa en el amor a una tierra y a sus simbolos representantes, y que genera odio y rascismo. Siendo que el amor patrio, como todos los amores, solo incluyen las cosas que conocemos; así lo que uno verdaderamente ama de "la patria" es su ciudad, su barrio y sus amigos, no todo un contexto territorial que no conoce más allá de su nombre y/o ubicación geografica.
En un mundo así, ¿Quién tiene esperanza para dar a luz un hijo/a? ¿Cómo querer que un alma inocente sea corrompida por la maldad existente en su entorno? ¿Dónde hay un lugar para un ser puro con un corazón tierno en este mundo individualista y destructivo? En la escuela le enseñaran a ser sumiso, a acatar las ordenes de quienes se creen superiores, a vivir bajo un sistema de hipotecas, donde hasta respirar se cobra.
En este mundo en donde se tildan de "rebeldías propias de la edad" los reclamos de una juventud que pide ser escuchada, ¿Dónde está el lugar de los jovenes que comprendieron la decadencia de este mundo y proponen un cambio basado en la solidaridad, la paz, el diálogo, la cultura, la voluntad...? ¿Dónde irá a parar la esperanza de esa decendencia incomformista, que busca su lugar en un mundo que no acaba de comprender y ya empieza a odiar?
Es necesario un cambio y lo habrá. Cada día se suma un poco más a esa revolución cultural que proclaman los que quieren ser dueños de sus futuros, los que optan por la solidaridad y el humanitarismo. Los que demuestran en vez de hablar, y combaten los prejuicios que les implantó una sociedad que se dejó vencer tras muchas batallas. La decadencia de este mundo no logra apagar las voces de quienes están dispuestos a retomar el espiritu y los ideales de aquellas personas que murieron por un futuro para todos. Personas que viven en sus propias palabras y que su legado es el tesoro más preciado de la humanidad.
5.5.09
Corazón a Trozos
Porque al final del camino todas esas personas que pasaron por nuestras vidas y desaparecieron con el tiempo, que todo destruye, se convierten en parches en nuestro corazón. Porque las personas se transforman en buenos recuerdos o cicatrices de las que aprendemos a no cometer los mismos errores o, en el peor de los casos, a que cada vez que los cometamos dolerá. Porque nacemos y morimos solos, pero lo importante es cuantos parches tengas en tu corazón. La suma de ellos te dirá cuantas veces fuiste capaz de querer y de ofrecer una parte tuya, y los huecos vacíos te recordarán las veces que no correspondieron a ese cariño. Porque al final, nunca morimos, siempre quedan pedazos de nuestro corazón en otras personas y eso nos enseña que nuestro cuerpo es efímero, así como nuestras riquezas y lujos. Nuestras buenas o malas acciones son lo que, en definitiva, queda de nosotros en cada lugar que pisamos y con cada persona que conocemos.
25.4.09
Teoría de la verdad y la concepción de la realidad
Independencia dependiente
Desde que nacemos hasta que morimos mantenemos relaciones de dependencia con otras personas, y en algunos casos con simples objetos. Así mismo, nos nace de dentro una naturaleza independiente y proclamamos esa "libertad" que significa hacer las cosas por uno mismo sin responder a ningún anexo. Sin embargo, nunca adquirimos por completo esa independencia, ya sea porque la sociedad no nos lo permite o porque en el fondo no la deseamos. Nos cuesta hacernos a la idea de valernos por nosotros mismos y nuestros medios, porque se tiene una idea relacionada a la soledad.
Tememos pensar que no nos hace falta nadie, aunque en la realidad nunca podría suceder ésto. Dependemos de muchisima gente, directa o indirectamente. Si queremos trabajar, dependemos de que alguien nos de trabajo. Si queremos estudiar, dependemos de alguien que nos enseñe. Y así con todas las cuestiones básicas de la sociedad estructurada.
Esas dependencias inevitables las extrapolamos a otros ámbitos en los que, en verdad, podríamos ser independientes. Dependemos de amigos, parejas, y otras yerbas, para realizar cuestiones que deberíamos ser capaces de resolver por nuestros medios. Sentimos miedo a enfrentarnos a éste mundo sin ver a nuestro lado a otro ser con el mismo miedo. Quizás ese miedo nos haga sentir más afines al prójimo, compartiendo el aprendizaje del vivir, pero pérdiendo la experiencia de sabernos suficientes para afrontar una realidad que siempre nos mantendrá solos ante los problemas. Nadie sufrirá nuestros problemas al mismo nivel que nosotros.
De ésta manera, necesitaremos siempre de alguien para compartir el peso de tomar una decisión, la idea de un cambio de rumbo o la resolución de un problema personal. Puede ser que nos asuste la reacción de los demás con respecto a nuestra independencia, y tenemos miedo de perder la relación de codependencia en los aspectos básicos. Vale decir que nos atemoriza ser independientes del todo, por lo que preferimos ser absolutamente dependientes.
20.4.09
Teoría de la verdad y la concepción de la realidad
Ego y Alter Ego
Al contrario de lo que puede pensar la mayoría de la gente, el ego no tiene porqué ser narcisismo. El ego es parte del respeto personal que se tiene, tanto fisico como mental. Existe exageraciones de éste respeto, que llegan a malformarse en egocentrismo; concepto que no tiene que estar imperativamente únido al ego. Así, las personas invierten tiempo y dinero en su estética personal de manera extralimitada, en muchos casos por "ir a la moda" o formar parte de determinado grupo social. Por contrario, pocas personas son las que cuidan su mente tanto como su fisico, derivando en que el ego sea una cuestión mayoritariamente de estética.
De ésta manera se da a luz un alter ego; una personalidad para mostrar a los demás. Creamos una fachada exterior para encajar en los margenes de la sociedad, acorde a lo que ésta dicta bajo su "moral estética". Tanto los que siguen una corriente "pro-sociedad" como los que se jactan de su conducta "anti-social" se basan en ésta moral; unos son acordes a ésta, otros hacen todo lo contrario, pero ambos forman parte de estereotipos.
Si bien no todo el mundo está dentro de éstos grupos, a todos nos marca en mayor o menor medida esa regla generalista, aunque cierta.
En la realidad (( La mía, claro está )), el ego conforma un respeto que no tiene nada que ver con el exterior, siendo éste último todo lo ajeno al cuerpo. Es un respeto a la integridad mental, tanto como a la fisica. El ejercicio del cerebro es uno de los pasos fundamentales para conformar el pensamiento. Ese ejercicio es el que forma la personalidad del ser, la opinión, y las leyes que marcarán la moral propia.
En cuanto a lo fisico, se entiende por respeto el no autolastimarse, cuidar medianamente la salud y no desdeñar nuestra integridad.
El ego conforma nuestro ser, mostrandose en nuestras costumbres, nuestros gestos, y reflejandose en nuestro entorno. Conlleva al amor y respeto propio, que nunca debe exagerarse a merced del egocentrismo.
Asi mismo, el alter ego se puede representar como nuestro "yo" en los demás, es decir, lo que representamos para los demás. Esa concepción que tiene una persona sobre nosotros, es una parte nuestra. Puede ser tan cierta como incierta, pero siempre es motivo de lo que dejamos ver a los demás sobre nosotros.
El equilibrio entre ambas partes marcará también el equilibrio con nuestro entorno. Si nuestro ego es acorde a nuestros alter egos, mantendremos una buena relación con los demás. Aunque ésto es difícil, ya que no con todos actuamos igual, ni dejamos ver todas las partes de nuestro ego. De ésta manera, algunos alter egos se definirán por las circunstancias en las que los compartamos. Es decir, a una persona con la que se interactua exclusivamente en determinada actividad, solo nos verá como esa actividad; Es el caso de los compañeros, colegas, etc. Cada uno tendrá el concepto de nosotros acorde a lo que ve durante el tiempo que compartimos, sin ahondar en una relación más allá de lo cordial.
De ésta manera se da a luz un alter ego; una personalidad para mostrar a los demás. Creamos una fachada exterior para encajar en los margenes de la sociedad, acorde a lo que ésta dicta bajo su "moral estética". Tanto los que siguen una corriente "pro-sociedad" como los que se jactan de su conducta "anti-social" se basan en ésta moral; unos son acordes a ésta, otros hacen todo lo contrario, pero ambos forman parte de estereotipos.
Si bien no todo el mundo está dentro de éstos grupos, a todos nos marca en mayor o menor medida esa regla generalista, aunque cierta.
En la realidad (( La mía, claro está )), el ego conforma un respeto que no tiene nada que ver con el exterior, siendo éste último todo lo ajeno al cuerpo. Es un respeto a la integridad mental, tanto como a la fisica. El ejercicio del cerebro es uno de los pasos fundamentales para conformar el pensamiento. Ese ejercicio es el que forma la personalidad del ser, la opinión, y las leyes que marcarán la moral propia.
En cuanto a lo fisico, se entiende por respeto el no autolastimarse, cuidar medianamente la salud y no desdeñar nuestra integridad.
El ego conforma nuestro ser, mostrandose en nuestras costumbres, nuestros gestos, y reflejandose en nuestro entorno. Conlleva al amor y respeto propio, que nunca debe exagerarse a merced del egocentrismo.
Asi mismo, el alter ego se puede representar como nuestro "yo" en los demás, es decir, lo que representamos para los demás. Esa concepción que tiene una persona sobre nosotros, es una parte nuestra. Puede ser tan cierta como incierta, pero siempre es motivo de lo que dejamos ver a los demás sobre nosotros.
El equilibrio entre ambas partes marcará también el equilibrio con nuestro entorno. Si nuestro ego es acorde a nuestros alter egos, mantendremos una buena relación con los demás. Aunque ésto es difícil, ya que no con todos actuamos igual, ni dejamos ver todas las partes de nuestro ego. De ésta manera, algunos alter egos se definirán por las circunstancias en las que los compartamos. Es decir, a una persona con la que se interactua exclusivamente en determinada actividad, solo nos verá como esa actividad; Es el caso de los compañeros, colegas, etc. Cada uno tendrá el concepto de nosotros acorde a lo que ve durante el tiempo que compartimos, sin ahondar en una relación más allá de lo cordial.
7.4.09
Teoría de la verdad y la concepción de la realidad
Mi verdad: El Comienzo
Está claro que la verdad absoluta no existe. Hay tantas verdades como personas en el mundo, ya que cada ser tiene su verdad, acorde a su propia realidad y el punto desde donde la mira. En la búsqueda y evaluación de la verdad propia, no hay lugar a individualismos. Conformamos nuestra verdad acorde a las que nos rodean, pudiendo estar en acuerdo o desacuerdo, en mayor o menor medida, con otras verdades. Nuestra realidad depende de la de los demás, porque viendo a otras personas logramos vernos a nosotros mismos.
Siendo seres desconectados de nuestro entorno, nunca seremos capaces de comprender las cuestiones básicas de nuestra humanidad, así como no llegaremos a encontrar nuestro lugar en éste mundo.
Las relaciones humanas, si bien, en casos, inentendibles, son las que dan cuenta de nuestra existencia en la Tierra. Formamos lazos de mayor o menor afectividad con nuestros pares, por situaciones varias como la familia, el colegio o el barrio. Buscamos interactuar con otras personas para comparar realidades, aprender de las diferencias sobre la percepción de la otra persona, y conformar nuestra propia percepción.
Dentro de lo personal, el entendimiento con las personas forma parte crucial de nuestra actitud hacia las relaciones, tanto de pareja, de amistad o familiares. Si no somos capaces de entender, ni hacernos entender con la gente que nos rodea, no lograremos avanzar en éstas relaciones. Se creará así una especie de límite imaginario impuesto por nosotros mismos, que obligará a nuestro entorno a permanecer fuera de él.
Somos un rejunte de experiencias y dudas existenciales, algunos más, otros menos, pero todos hacemos una autoevalución de nuestra forma de ser, nuestros pensamientos y nuestro motivo de existencia. Quienes dudamos de la condición única de la persona, nos referimos al concepto de "Humanidad". Dentro de éste puede existir una suerte de regla general, aplicable a determinados grupos de personas en algunos casos, y a otros grupos en otros casos.
En mi caso, busco comprender ciertas actitudes de mi entorno, que encuentro familiares o parecidas a mis propias actitudes. La idea es comprobar si esas reacciones son casualidades o forman parte del concepto de "ser humano". Tomando como base el hecho de que somos lo que nos rodea, es lógico pensar que ciertas actitudes sean un reflejo de lo que entendemos de los demás. Al llegar a comprender el por qué de ciertas acciones, quizás sea más fácil comprender el propio por qué; la verdad propia, la realidad percibida y el motivo de nuestra vida.
La lista de dudas existenciales es larga e irrepetible, cada cuál se plantea las cuestiones que desea comprender de si mismo, así como el metódo con el que las resolverá. No a todos nos preocupa en la misma medida el hecho de comprendernos, así como hay metodos distintos. Hay quienes predican que primero has de comprenderte, luego comprenderás a los demás. Habíendo intentando éste metódo a conciencia sin obtener resultado, me propongo hacerlo al revés. Buscaré comprender el por qué de los demás y elaborar el mio en base a eso.
En éste entendimiento se plantean afinidades y diferencias sustanciales, que son motivo de estudio y elaboración para llegar a una verdad final, no así única por lo ya nombrado al comienzo.
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