6.7.09

No está muerto quién pelea

En un mundo donde la conciencia social está en desuso, donde la búsqueda del placer personal hace olvidar la solidaridad y los valores humanos, donde la desigualdad es moneda corriente alimentada por el rascismo, la xenofobia, las religiones y la politica, hace falta una persona con sentido del "socialismo". Una persona que luche por un ideal que proclama un bienestar general para la sociedad y su entorno. En un mundo que ha sido, y es, destrozado por un sistema de interés personal basado en la competencia y la arrogancia, donde hay una Europa que fué víctima de innumerables guerras que aniquilaron su encanto dejando paso a décadas de sufrimiento. Donde hay una América Latina destrozada por dictaduras y pseudo-democracias que pisotearon la esperanza de pueblos enteros, sumiendolos en el miedo y la desesperación. Donde hay un África que fué despojada de sus riquezas y enterrada en el hambre, en pos de la evolución de una pseudo-sociedad. Hace falta un pensamiento humanitario que luche por la regeneración de una especie humana que cada día se hunde más en el materialismo.
Donde las sociedades se enorgullecen de una evolución y un progreso que hace cada día más daño al propio ser humano y su entorno. Dejando como legado engendros que son proyectos de personas, almas consumistas y desinteresadas para con el prójimo, que gozan de la banalidad y la idiotez, regurgitandose en su propia ignorancia. Ignorancia que se les ha dejado como herencia de años de destrucción cultural. Pueblos ignorantes y fáciles de dominar mediante estrategias populistas y promesas politicas, que han dejado perder el ideal de una democracia que ya no existe por la dejadez a la hora de cumplir obligaciones. Donde los politicos han dejado de ser representantes del pueblo, para convertirse en sanguijuelas que luchan por ocupar el puesto desde donde puedan chupar más sangre a una sociedad dormida.
Un mundo en donde las banderas, esas telas de colores que crearon barreras dentro de una misma especie, dividen pensamientos y fomentan el individualismo, dando vida así al llamado "Orgullo Patrio"; un pensamiento hipócrita que se basa en el amor a una tierra y a sus simbolos representantes, y que genera odio y rascismo. Siendo que el amor patrio, como todos los amores, solo incluyen las cosas que conocemos; así lo que uno verdaderamente ama de "la patria" es su ciudad, su barrio y sus amigos, no todo un contexto territorial que no conoce más allá de su nombre y/o ubicación geografica.
En un mundo así, ¿Quién tiene esperanza para dar a luz un hijo/a? ¿Cómo querer que un alma inocente sea corrompida por la maldad existente en su entorno? ¿Dónde hay un lugar para un ser puro con un corazón tierno en este mundo individualista y destructivo? En la escuela le enseñaran a ser sumiso, a acatar las ordenes de quienes se creen superiores, a vivir bajo un sistema de hipotecas, donde hasta respirar se cobra.
En este mundo en donde se tildan de "rebeldías propias de la edad" los reclamos de una juventud que pide ser escuchada, ¿Dónde está el lugar de los jovenes que comprendieron la decadencia de este mundo y proponen un cambio basado en la solidaridad, la paz, el diálogo, la cultura, la voluntad...? ¿Dónde irá a parar la esperanza de esa decendencia incomformista, que busca su lugar en un mundo que no acaba de comprender y ya empieza a odiar?

Es necesario un cambio y lo habrá. Cada día se suma un poco más a esa revolución cultural que proclaman los que quieren ser dueños de sus futuros, los que optan por la solidaridad y el humanitarismo. Los que demuestran en vez de hablar, y combaten los prejuicios que les implantó una sociedad que se dejó vencer tras muchas batallas. La decadencia de este mundo no logra apagar las voces de quienes están dispuestos a retomar el espiritu y los ideales de aquellas personas que murieron por un futuro para todos. Personas que viven en sus propias palabras y que su legado es el tesoro más preciado de la humanidad.